Carta a mis padres

Queridos papá y mamá:

        Les escribo esta carta usando mi corazón y cerebro, especialmente desde la parte linfática de este último, donde se encuentran las emociones. Lo hago porque es necesario hacerlo mientras Uds. Estén vivos, ya que me gustaría que mis hijos lo hicieran conmigo estando yo en ese estado.

        ¿Cómo están? ¿Qué cuentan de nuevo? Yo, disfrutando de mi título de “Joven Adulto”, por si no se acuerdan, me recibí el día en que no necesité más de Uds. para sobrevivir en este mundo… y creo que es el mejor título que les pude haber dado, ya que justifica la inmensa labor y responsabilidad que significa ser padres.

        Me motivó escribirles para que no les queden dudas, que Uds. son los pilares de mi vida. Como toda persona, los padres son sus primeros referentes y uno con el tiempo, va generando sus propios conceptos y adquiriendo sus propios lentes para crear nuestra realidad y sueños, incluso hasta nuestro pasado y futuro, ya que si existen baches los rellenamos con nuestras verdades y esperanzas. Y precisamente en esto último me voy a explayar:

        El otro día tuve una charla muy importante con mi hija y cada vez que tengo una con ella, se muy bien que la va a marcar para el resto de su vida, como así lo fue para mí cuando las tuve con Uds., y en su esencia creo no haber olvidado ningunas de estas charlas. Por eso se las traslado a mi descendiente con la misma pasión y amor como me las enseñaron. Ese día, mirándole a los ojos a mi nena, comprendí quienes influyeron básicamente en mi vida, tanto en el carácter, ética, moral, humanismo, responsabilidad, aptitudes y actitudes.

No voy a desaprovechar la oportunidad, para que también les quede bien en claro que cometieron muchos errores y doy gracias por eso, porque me sirvieron para aprender que el rigor de la vida puede venir acompañada de un beso y que la intolerancia no se negocia con el amor. De mi relación con Uds. como hijo aprendí muchas lecciones de cómo resolver diferencias con las personas que a uno le importa: 

  •  Resolver las dificultades a solas y sin terceros.
  • Nunca levantar la ira de estos terceros al contarles de dichas dificultades.
  • Discutir sólo un problema a la vez.
  • Tirar la libreta de reproches y todos los días empezar de cero.
  • Y la más importante: nunca poner en juego la relación que nos une.

He sido sintético y concreto con esto. Bien sabrán que sus aciertos como desaciertos, los cuales muchos tal vez no lo reconozcan, han hecho en gran parte el hombre que soy ahora y estoy orgulloso de eso, ya que las cosas buenas y malas de esta vida vienen por igual y de las personas que uno menos espera, pero de nosotros depende saber aprovecharlas.

Me enseñaron a través de sus largas vidas que lo único que le puedo dejar a mis hijos de herencia es el ejemplo de mis virtudes y el consejo para no cometer mis errores. Y que  hay que priorizar lo que verdaderamente es importante para nosotros. Que los años vengan siempre acompañados con la gente que uno ama y trabajar todos lo días para que eso suceda ya que el amor no es acumulable con el tiempo, hay que ser digno de él, y para serlo hay que empezar por nosotros, por que no puedo amar, respetar, educar, trabajar y ser leal sino no lo practico conmigo. A tener confianza en uno mismo no solo para poder confiar en los demás sino para poder decidir y ser libre.

Para mí ya cumplieron sus funciones de padres y no voy a cometer el error de la mayoría de los hijos, que es creer saber que tengo la capacidad e información suficiente para poder juzgarlos. Esa es una tarea que le compete solo a vuestra conciencia. Así que ahora me gustaría aconsejarlos: continúen su vida en paz, disfruten de las pequeñas cosas que no pudieron apreciar  por estar creciendo muy rápido, recuerden que si llegaron a esta edad no fue por casualidad, así que no tienen derecho a auto atentarse con reproches y heridas del pasado. Agradezcan un día más de vida y aprovechen toda esa experiencia acumulada que yo todavía no tengo, para hacer algo realmente bueno por Uds. mismos y por los que están cerca suyo. Ya es hora que vean que la calidad de vida se obtiene por estar bien con uno mismo.

Sean felices! Eso se logra con no traicionarse y no dejar de quererse.

Los quiero, respeto y extraño.



Simplemente…. su hijo.        

                 

               
por Mariano Frigini.

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