Los gatos de Pavlov
La leyenda dice que luego de leer el libro Los gatos de
Pavlov ocurre algo extraordinario. Se te aparece el Diablo con la cara del amor
de tu vida, el cual algún día podrías conocer, haciéndote una oferta única.
Por supuesto que no le dí importancia hasta que un amigo me
lo prestó. Justo antes de dormir lo tenía en mis manos y lo llamé para decirle
si él creía en lo que se contaba sobre éste mito. Él alcanzó a decirme: “Buena
suerte y no te arrepientas” Sin todavía alcanzar a comprender sus palabras
decidí hojearlo cuando empecé a elevarme sobre la cama y mi cuerpo se fue
colocando verticalmente en un giro circular con mi cabeza como vértice boca
abajo. Sentí paz sin embargo, en un estado embriagador de alcaloides hasta que
caí de pie frente a una hermosa mujer que nunca había visto. Sólo sentí que
debía poseerla y ya nada importaría.
Su angelical rostro se aseguró de no poder olvidarlo y sus
ojos claros me enceguecieron al ponerse brillantes hasta la fosforescencia
cuando por fin me habló: “Podrás encontrarme en tu vida al despertar o quitaré
todos los demonios y males de éste mundo. Tú decides…. Responde!” Y me señaló como empezaba a brotar agua de las
paredes detrás de mí... ¡No! Grité confundido… y es lo último que recuerdo antes
de volver en sí.
Agitado como en una pesadilla erótica. Esa noche aparecieron
manchas de humedad en mi cuarto. Prendí la tele y el noticiero sigue el relato
de la muerte. Mi pareja no duerme conmigo hace semanas. Un gato aprendió a
tocar el timbre para que lo alimente.
Por
Mariano Frigini